Producción de leche animal
- Animales humanos
- 1 oct 2018
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La leche es una secreción producida por las glándulas mamarias de las hembras de los mamíferos. La principal función de la leche es la de nutrir a los hijos hasta que son capaces de digerir otros alimentos.
Los humanos comenzaron a explotar a animales no humanos para robarles su leche hace unos 11.000 años, especialmente en oriente medio, y las primeras víctimas fueron las vacas y las cabras. Posteriormente, entre el año 9000 y 8000 a. C., se explotó o las ovejas por su leche, y posteriormente se fue explotando a animales de otras especies. Actualmente el animal más explotado por su leche es la vaca, pero también se explota a cabras y ovejas, búfalos, camellos, yeguas, alces, cerdos, llamas, etc. para extraerles leche.
La leche contiene microorganismos dañinos para el ser humano, por eso es tratada mediante varios procedimientos antes de ser comercializada: pasteurización, UHT, esterilización, etc.
Los mamíferos producen leche porque han parido Algunas personas creen que existen vacas que siempre producen leche, pero esto no es cierto. Las glándulas mamarias de las vacas, igual que ocurre con las glándulas mamarias de las mujeres, sólo producen leche cuando han parido.
"Para que una hembra mamífera de leche es preciso que haya sido fecundada, haya completado la gestación y, por tanto, haya parido. La diferencia entre especies está en que algunas de ellas tienen muchas dificultades para salir nuevamente en celo y quedar gestantes mientras dura la lactación. Otras, en cambio, como la vaca, puede salir en celo algunas semanas después del parto y, si queda gestante, coinciden la lactación consecuencia del parto anterior con la gestación de un nuevo ternero". Antonio Callejo Ramos, profesor titular del Dto. de Producción Animal de la E.U.I.T. Agrícola (Universidad Politécnica de Madrid).
Unos días antes del parto, la glándula mamaria de la vaca comienza a producir leche para poder alimentar al ternero que ésta parirá. La glándula mamaria tiene su pico de producción de leche a los dos meses después del parto, tras lo cual la producción de leche comienza a descender. Para que la producción de leche no disminuya, se vuelve a violar a la vaca para que vuelva a parir y que así el parto aumente la producción de leche nuevamente. Antes de parir, la vaca pasa por un «período de secado», unos días en los que se deja reposar la glándula mamaria.
Confinamiento y ordeño
Por lo menos la mitad de los 10 millones de vacas criadas para ser ordeñadas en Estados Unidos viven en granjas industriales en condiciones que les causan un enorme sufrimiento. Las vacas lecheras destinadas a la producción industrial de leche son confinadas dentro de corrales o establos de ordeño con suelo de cemento, donde son ordeñadas por máquinas dos, o incluso tres veces al día, produciendo cuatro veces y media más de leche que la que producirían para alimentar a sus terneros. Las máquinas para ordeño generalmente les provocan cortes y heridas que no ocurrirían si el ordeño fuese manual. Estas heridas promueven el desarrollo de mastitis, una infección bacterial dolorosa. Más de 20 clases diferentes de bacterias causan la infección, que se propaga fácilmente de una vaca a la otra y si no es controlada, puede provocar la muerte. En algunos casos, las máquinas para ordeño también producen descargas eléctricas como consecuencia de fugas de voltaje, causándoles a las vacas un gran malestar, miedo, daños en el sistema inmunológico y, en algunos casos, la muerte. Según el artículo "Stray Voltage Killing U.S. Dairy Cows", de Jack Anderson y Dale Van Atta, publicado el 9 de agosto de 1989 en The Washington Post, es posible que sólo una granja pierda varios cientos de vacas al año debido a las fugas de voltaje.
Muchos productores utilizan una variedad de drogas, como la hormona de crecimiento bovino (BGH por sus siglas en inglés); antibióticos y hasta tranquilizantes, para poder influenciar la productividad y el comportamiento de las vacas.
Violación vaginal y anal de las vacas
La inseminación artificial se utiliza con las vacas desde la década de 1940. Habitualmente se ha usado la prostaglandina para provocar el celo de la vaca cuando el productor quiere que ésta sea inseminada. La inseminación artificial más utilizada en bovinos es la recto-vaginal, la cual consiste en introducir una de la manos por el recto con la finalidad de sujetar el cuello del útero mientras que se introduce una pipeta de esperma por la vagina.
El esperma se conserva en distintos recipientes como ampollas, pellets o pajuelas y se congela antes de ser empleado. La inseminación artificial permite a los explotadores obtener un número mucho más importante de descendientes de un toro que por reproducción natural. Los donantes utilizados para la inseminación son toros seleccionados que tienen calidades particularmente interesantes para el explotador, y la utilización de la inseminación artificial le permite un mejor aprovechamiento del macho, mejoras genéticas, aumentar la fertilidad o evitar la transmisión de enfermedades venéreas a la vaca. Una de las consecuencias de la insiminación artificial son los prolapsos anales
Separación de madre e hijo
Los terneros no le resultan beneficiosos a la industria láctea porque se beben la leche, por eso son separados de su madre y destinados a reposición (a sustituir a las vacas asesinadas) o a engorde. Los terneros clasificados para engorde son enviados a granjas intensivas de engorde para la producción de carne de ternera. Como mamíferos que son, las vacas tienen un instinto maternal muy fuerte, y por ello sufren enormemente cuando se las separa de sus hijos, pudiéndose escuchar sus lamentos durante días. Se han dado casos de vacas que han llevado acabo actos asombrosos para juntarse con sus terneros, una de ellas anduvo durante 7 millas para poder reunirse con su hijo después de que éste fuera vendido en una subasta. Separar a un ternero de su madre le ocasiona un sufrimiento difícilmente imaginable.
Para la producción de cualquier tipo de leche, incluida la leche ecológica, se separa a los hijos de sus madres y estos suelen acabar en el matadero.
Matanza de terneros
Los terneros que paren las vacas explotadas por su leche son asesinados a los 6 meses de edad en los mataderos y sus cadáveres son llamados "carne de ternera". Otros terneros, los que se explotan para producir carne llamada "vitela" o "babybeef", corren aún peor destino. La industria de la carne de ternera es una rama de la industria láctea, así lo explica Peter Singer:
"Como hemos visto, la industria de la carne de ternera es una rama de la industria láctea. Los productores deben asegurarse de que las vacas lecheras queden preñadas cada año para que sigan produciendo leche. Las crías son separadas de sus madres al nacer, una experiencia que es tan dolorosa para la madre como es aterrorizante para el ternero. La madre frecuentemente calma su angustia llamando constantemente y mugiendo durante días luego de que le han sacado a la cría. Algunas terneras serán criadas con lecheras sustitutas para eventualmente formar parte de las filas de vacas lecheras, cuando una vez alcanzada la edad de alrededor dos años puedan producir leche. Otros terneros serán vendidos con una o dos semanas de edad y serán criados para "bifes" en engordaderos. Los restantes son vendidos a productores de carne de ternera, quienes cuentan con la industria láctea para que la dieta con la que se alimenta a estas crías los mantenga anémicos". Peter Singer, Liberación Animal
Descorne (dehorning) de los terneros que serán futuras vacas "lecheras"
Descornar es el proceso de extracción de los cuernos o del tejido sensible de los cuernos de los cráneos de las vacas utilizando hierros candentes, químicos cáusticos, cuchillas o sierras de mano. La mayoría de las vacas que son explotadas por su leche están descornadas. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos informó en 2010 que “más de nueve de cada diez granjas lecheras practican el descuerne”. Los trabajadores descuernan a las vacas para que no se lastimen entre ellas o a los humanos como resultado de la angustia emocional y de las condiciones frustrantes que les obligan a soportar en las granjas industriales que incluyen ser hacinadas en áreas de estar con miles de otros animales, obligadas a vivir entre sus propios desechos, inseminadas por la fuerza y transportadas al matadero una vez que su producción de leche disminuye.
Los animales a menudo luchan violentamente y tienen que ser sometidos durante este procedimiento doloroso, el cual frecuentemente se realiza sin anestesia o analgésicos y provoca dolor intenso que dura horas y puede incluso convertirse en crónico.
Una manera de descornar (a veces llamado en inglés “debudding”) implica quemar o arrancar el tejido de los cuernos de los cráneos de los becerros jóvenes antes de que sus cuernos se desarrollen. Este procedimiento es extremadamente doloroso y traumático para los becerros jóvenes, que a menudo solo tienen unas pocas semanas de vida. Los granjeros destruyen los brotes de los cuernos en los becerros con un hierro al rojo vivo, que es presionado con firmeza en el cráneo del animal donde crecerían sus cuernos, provocando una nube de humo mientras su carne es quemada.
Otra manera de descornado se realiza en las vacas que ya han desarrollado cuernos. Los granjeros amputan los cuernos, que ya están adheridos al cráneo de la vaca a través de nervios y vasos sanguíneos, usando sierras, cables afilados o “guillotinas” para descornar. Las heridas causadas por esta amputación dolorosa pueden tomar hasta tres meses o más para sanar.
Flameado de ubre en vacas

Los productores de leche afirman que la depilación de las ubres de la vaca es un proceso vital para mejorar la limpieza de la ubre, reduciendo el número de bacterias en la misma. Para evitar la depilación manual de las ubres, los granjeros practican el flameado de ubre, es decir, queman los pelos de las ubres con fuego.
Las ubres de las vacas son quemadas para «eliminar la suciedad que queda impregnada en los pelos de la ubre de la vaca, muchas veces a causa del barro o el propio estiércol. Pese a limpiar la ubre antes del ordeño, siempre quedan restos en los pelos, por tanto gracias a esta sencilla técnica, esta dificultad es corregida», expresa Felipe Figueredo al periódico Color ABC.
Matanza de vacas y de fetos
Las vacas tienen una esperanza de vida de 20 a 40 años. A un granjero o una empresa no le interesa tener una vaca que no produce la suficiente leche. Cuando las vacas son explotadas para que produzcan leche son enviadas al matadero cuando comienzan a tener problemas de salud (infertilidad, mastitis, etc) o desciende la producción de leche ("vacas secas"); eso suele suceder cuando tienen de 4 a 6 años de edad. Los intereses de cualquier animal explotado siempre son desconsiderados en favor de los intereses de quien le explota, por ello no podemos hablar seriamente de que los animales son respetados hasta el día en que estos dejen de ser criados para que los humanos podamos obtener de ellos un beneficios.
A veces, las vacas llegan al matadero embarazadas. Un artículo publicado por el British Cattle Veterinary Association revela que 150.000 vacas embarazadas son enviadas al matadero cada año. Al menos 40.000 de estas vacas se encuentran en las últimas etapas de su embarazo. El 90% de las vacas que van al matadero son vacas "lecheras" y la mayoría de los agricultores no se dan cuenta que están embarazadas. En una encuesta de la AVC, el 50,9% pensaba que la vaca no estaba embarazada y el 27,3% dijo que no lo sabía. La infertilidad se citó como la razón más común para el sacrificio de un animal, seguido de la mastitis (una inflamación dolorosa de las ubres muy común en las vacas lecheras) y luego la vejez. Algunas vacas se están enviando al matadero pensando que son infértiles, cuando en realidad están embarazadas. Los animales que son enviados al mercado, son pesados antes de matarlos y el agricultor es compensado por kilo. Si la vaca está embarazada, el agricultor recibirá dinero extra.
"A veces, cuando estas criaturas están colgando en la línea desangrándose, se puede ver a los terneros dando patadas dentro de los vientres de sus madres. Yo, como veterinario, sólo tenía que mirar, no hacer nada y quedarme callado. Me rompió el corazón y me sentí como un criminal, así que dejé el Servicio de Higiene de la Carne y el país." Gabriele Meurer MRCVS, un ex cirujano veterinario oficial en los mataderos del Reino Unido.
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