Zoofilia y bestialismo
- Animales humanos
- 5 oct 2018
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Es habitual que las palabras «zoofilia» y «bestialismo» se usen como sinónimos, pero realmente no lo son. Según la RAE, la zoofilia (del griego ζῷο, «animal» y φιλία, «amistad»; zoon, «animal», y philia, «afinidad») es el amor no sexual hacia los animales no humanos. En cambio, el bestialismo (del latín Bestĭa e -ismus, y este del gr. -σμός) es mantener relaciones sexuales entre humanos y animales no humanos. Por otro lado, la relación entre las palabras «zoofilia» y «bestialismo» podría interpretarse como la relación que existe entre las palabras «pedofilia» (atracción sexual hacia menores de edad) y «pederastia» (prácticas sexuales de un adulto con menores de edad). Mejor rechazarlas para que no haya lugar a dudas.
Historia del bestialismo
En la década de 1940, Alfred C. Kinsey (1894-1956) realizó un cuestionario a 20.000 estadounidenses y el 8% de hombres y el 3,5% de mujeres respondieron que en alguna ocasión mantuvieron prácticas sexuales con un animal no humano. De las mujeres que respondieron afirmativamente, 3 de cada 4 respondieron que el animal no humano era un perro, y lo habitual era tocar y masturbar al animal, o le lamían los genitales; la penetración era poco frecuente. Las mujeres que tienen sexo con toros o carneros tiene más de mito que de realidad. En las áreas rurales, un 50% de hombres respondieron afirmativamente.
En el siglo XX, la bestialidad se procesaba con regularidad en Austria, quedando ésta plasmada en los registros judiciales. Lo más habitual era hombres que mantenían relaciones vaginales con vacas y terneros, y con menos frecuencia con yeguas, potros y cabras y muy raramente con ovejas o cerdos.
Según investigaciones del zoólogo Desmond Morris, las chicas se sienten más atraídas por montar a caballo que los niños porque «sentarse con las piernas sobre un caballo rítmicamente movible indudablemente tiene un trasfondo sexual».
Midas Dekkers, autor del libro «Dearest Pet: On Bestiality» (1994), proporciona datos sobre la Historia del bestialismo y sugiere que el bestialismo es más frecuente en las zonas rurales debido a que la ideología conservadora de estos les prohíbe mantener relaciones sexuales antes del matrimonio y el bestialismo es la manera que tienen de satisfacer una parte de sus intereses. Esta idea coincide con los datos recopilados por Alfred C. Kinsey en la década de 1940 en EEUU, cuando un 50% de hombres de las zonas rurales afirmaba haber tenido prácticas sexuales con animales no humanos.
Holanda comenzó a tramitar su ley contra el bestialismo en 2007, después de que el diario nacional Algemeen Dabglad alertara de que esta país producía el 80% de películas de zoofilia.
El sexo con animales, no suele figurar en los códigos penales europeos, tan sólo está prohibido en Reino Unido, Alemania y en Holanda desde el 1 de febrero de 2010. Por esa fecha, EEUU aún permitía el bestialismo en ocho de sus estados. En Reino Unido se condena con un máximo de dos años de cárcel «la penetración del pene humano en animales y viceversa».
En febrero de 2010, José Valle, entonces portavoz de la organización Igualdad Animal, mostró su rechazo al bestialismo: «Debería valorarse como una violación infantil. Los niños tampoco dan su consentimiento. Y una gallina, evidentemente, tampoco va a ofrecerlo" (...) "Quienes conviven con un animal saben que tienen intereses, dolores, preferencias. En muchos casos los cachorros son manipulados para que tengan relaciones sexuales con humanos y se dejen tocar. No se comprende el daño que se les puede infligir».
En noviembre de 2012, Alemania se estaba planteando prohibir el sexo con animales y castigarlo con multas de hasta 25.000 euros. La medida se debatiría en la comisión de Agricultura del Parlamento y podría ser votada en el pleno del Parlamento a mediados de diciembre. Aunque la práctica de la zoofilia no está castigada desde su despenalización en 1969, sí está castigada la producción y distribución de zoofilia.
Consentimiento informado
Las prácticas sexuales entre sujetos de especies diferentes no son éticamente incorrectas porque son entre especies diferentes, sino por otras razones. No es posible que un humano establezca un acuerdo informado con un animal porque los humanos no pueden informar a los animales y los animales no pueden dar su consentimiento para aceptar los riesgos que existen en toda práctica sexual.
La coacción en el bestialismo
Se coacciona a otros sexualmente cuando se les suministran drogas sexuales que cambian sus intereses, y por lo tanto realmente son violaciones sexuales. Por ejemplo, en España, entre el 17 y el 20% de las violaciones a mujeres se comete bajo efectos de alcohol o drogas, pero el Código Penal no lo tipifica como agravante para el agresor. En muchos juicios, de hecho, se ha usado como atenuante aprovechando la «amnesia parcial» de la víctima. Esto es similar a usar sustancias para despertar deseo sexual a animales no humanos.
¿Si en una serie de dibujos animados aparecieran humanos adultos relacionándose sexualmente con humanos menores de edad nos parecería censurable?, no por lo dibujos animados en sí, sino porque la normalización de dichos actos tiene como consecuencia la promoción de los mismos entre personas reales. En cambio, en las sociedades antropocentristas está normalizado mostrar dibujos animados de adultos humanos relacionándose sexualmente con animales no humanos.
Esto es otra muestra de especismo y de la cosificación de los cuerpos no humanos, y se debería censurar por la misma razón que se censuraría si el dibujo animado representara a humanos menores de edad.

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